Encuentro en el desierto

«Una luz sobre el cielo de Chilca»

 

El Comercio, DOMINGO 05 de Abril de 2009


«Si fuéramos los únicos en este universo, sería un gran desperdicio de espacio.»

CARL SAGAN

«Si yo mostrara un objeto que me dieron en un ovni, me diría que puede ser cualquier cosa. ¿Y qué, lo voy a entregar a la UNI para que al día siguiente desaparezca? Hay toda una política de ocultamiento.»

SIXTO PAZ Contracorriente, 16/5/2007

Una luz sobre el cielo de Chilca

De espaldas a los prejuicios, El Comercio decidió acompañar esta semana al famoso, amado y cuestionado ufólogo Sixto Paz y avistar ovnis en el desierto de Chilca. Este es un testimonio para ver y, si quiere, también para creer.

Esta noche me dispongo a ver para creer. Voy a someterme sin prejuicios a la que, se presume, será una incomparable experiencia cósmica y a olvidarme, aunque sea por unas horas, de aquel vergonzoso temor por lo desconocido que me atrapó de niño y hasta ahora no me suelta.

La ruta nos ha llevado 67 kilómetros al sur de Lima y en esta tarde del 30 de marzo, en el desierto de Chilca, el cielo sin nubes se ha pintado enteramente de rojo. Sixto Paz, el hombre que asegura haber tenido su primer contacto extraterrestre hace 35 años y haber visitado Ganímedes (una de las lunas de Júpiter), lidera esta tribu de 40 personas, entre periodistas de Costa Rica, Estados Unidos y Perú, miembros del grupo Rama, curiosos sin bandera, y Ana María Polo, la virulenta jueza del famoso programa «Caso Cerrado», que intenta que su secreta pasión por estos fenómenos pase desapercibida.

Es la octava vez que los «guías» (como llama Paz a los extraterrestres) pactan una visita con fecha y hora, y han trascurrido 12 años desde la última vez que la prensa lo acompañó en una experiencia similar. Si todo sale bien, entre el 30 y 31 de marzo las naves extraterrestres se dejarían ver por lo menos cuatro veces.

 

30 de Marzo, 09:10 p.m. El fotógrafo capta esta luz en forma de media luna que brilló durante varios minutos a cuatro kilómetros de donde él estaba.

«¿Sabés cuándo lo sabés? Cuando no dudas». El argentino Marcelo Dos Santos vivió hasta hace unos años de su fama de actor, estuvo casado con la despampanante actriz colombiana Aura Cristina Geithner, pero ahora dedica su vida a perseguir verdades y a lanzar frases tan desconcertantes como esta, mientras caminamos hacia Los anillos de Saturno, la zona escogida para el avistamiento.

Y agrega: «Aquellos que tenemos certeza no necesitamos entrar en el juicio crítico del hemisferio izquierdo para demostrarlo». Antes de llegar aquí, y luego de armar sus carpas, Sixto Paz realizó una primera meditación en conjunto con los asistentes. Todos tenían las manos abiertas y los ojos bien cerrados, como si estuvieran entrance. Todo se mezclaba en la oscuridad de la noche.

El rito se volvió a repetir a las 7 p.m., la primera hora pactada por los «guías» para un primer encuentro. Pero en solo unos segundos, todo viso de ilusión se desvanece: en el cielo apenas se ve las luces de unos aviones y bajo ellas las líneas negras que dibujan los cerros desiguales.

TRIBU CÓSMICA. Unas 40 personas, entre periodistas y seguidores de Sixto Paz, se dieron cita en el desierto de Chilca entre el 30 y 31 de marzo.

Sixto, entonces, nos dice haber recibido un mensaje (asegura hacerlo desde que era joven) de los extraterrestres. «Disculparán que no respetemos los horarios en esta ocasión, pero tenemos nuestros motivos, que luego ustedes comprenderán -lee-. Recuerden: todo tiene un sentido. Estamos cerca, observándolos, y les haremos sentir nuestra presencia y nos verán».

El ufólogo peruano más famoso del mundo y a quien muchos, pero sobre todo la comunidad científica, tildan de loco y aprovechador, se disculpa de esta forma por haber difundido en Internet la noticia sobre el viaje de Chilca. Esto, dice, es lo que pudo haber ahuyentado a los «visitantes».

La luz parece un objeto en forma de media luna que solo por instantes se mueve.

Tal vez los únicos intranquilos aquí seamos los periodistas, porque la meditación continúa y para los invitados es como si nada hubiera pasado, sencillamente, todo estuviera por ocurrir.

Entonces, a las 8:37 p.m., una luz roja aparece en medio de las montañas situadas a cuatro kilómetros de donde estábamos. Desde lejos, parece un objeto en forma de media luna que solo por instantes se mueve y un minuto después desaparece.

La excitación se multiplica entre los pocos incrédulos, mientras las cámaras de fotos empiezan a fulminar la oscuridad. Sixto pide una nueva meditación y, en lo que parece ser un arranque de mediático oportunismo, aprovecha para hablar de Barack Obama, quien, según los extraterrestres, es el llamado a corregir los errores de Estados Unidos.

A las 9:10 p.m., diez minutos después de la segunda hora pactada, la misma luz vuelve a aparecer. Ahora está más cerca, tiene la forma de un disco, brilla con más fuerza que antes y tarda unos minutos en ocultarse.

«¿Ustedes también lo vieron, no?-dice la doctora Polo-. No había forma de negarlo.» A su lado, varios comparten las imágenes que captaron del objeto.

«Yo ya no tengo temor sino entusiasmo -dice Sixto-. No me interesa pasar a la historia, sino que mi vida tenga sentido aquí y ahora. Uno piensa que el contactado es la estrella, pero no: somos meramente circunstanciales».

MEDITANDO. La jueza Ana María Polo (izquierda), del famoso programa «Caso Cerrado», fue una de las asistentes al avistamiento programado.

Son las tres de la mañana, casi todos duermen -la jueza Polo no ha parado de hablar con su equipo técnico- y el líder de esta visita ha desaparecido del campamento. Édgar Silva, un periodista costarricense, asegura que Sixto Paz se ha ido a dormir y prefiere pensar que fue la luna y no un objeto no identificado lo que vimos en esta noche extraña. Un objeto que, para nuestra mala suerte, no volvimos a ver.

¿Qué pudo ser? Hay quienes dicen que se trata de fenómenos naturales que ocurren en Chilca cada tanto, y otros aseguran que el lugar es el territorio que los extraterrestres han usado desde hace miles de años para confirmar su presencia en la Tierra. A las 5 de la mañana del 31 de marzo Sixto Paz nos despide, pero la sensación de haber visto algo indescriptiblemente sigue allí. Cierto o no, lo que vimos allí fue claramente extraño. Para no creer.

Encuentro en el desierto

«Nave Extraterrestre apareció en Chilca»

Diario Expreso – Marzo 1989

 

Lima, Martes 28 de Marzo de 1989
Página 2
Por Manuel Dornellas

 

Fulgor en Chilca

El periodismo no es únicamente análisis racional de la Información. También es Instinto para buscar esa noticia, siempre elusiva. Como el que tuvo Edilberto Alvarado, jefe de Fotografía de EXPRESO, para regresar al lugar donde estaba anunciada por el Grupo Rama la llegada de una nave extraterrestre. El instinto no le faltó, y hoy nuestro diario proporciona una primicia mundial.

Desde luego, no faltará quienes digan que las fotos que se publican en esta edición son un montaje, o que reflejan un objeto distinto a esa extraña nave espacial que Alvarado vio con sus propios ojos, y a quien le siguen temblando las manos de la emoción.

Pero el hecho concreto es que con Alvarado estaba un grupo de cerca de sesenta personas, entre las cuales varios periodistas de otros países. EXPRESO y ellos son testigos de lo sucedido. Nadie podrá borrar de sus retinas el fulgor de esa noche.

Se puede ensayar mil explicaciones, filosóficas o religiosas, de esta aparición. Cada lector de EXPRESO se formará su propia opinión sobre lo sucedido. No nos toca a nosotros guiarlo en esa aventura del pensamiento. Sólo nos corresponde dar cuenta del hecho.

Como director de este periódico, no puedo sustraerme a la emoción de esta primicia. El comentario político queda de lado, hoy, para dar paso al flujo de la adrenalina. Tres días en estado de alerta no pasan en vano. Tres días que movilizaron la atención de diarios, radioemisoras y canales de televisión, a quienes finalmente eludió la noticia. No contaban en sus filas con alguien que tuviera el certero instinto de Edilberto Alvarado.

Ahora, todos los medios comenzarán a ampliar la información, buscando nuevos testigos que apuntalen o traten de desmentir la noticia. Es la suerte de cualquier primicia. Una vez publicada, pasa al dominio público. Su propiedades tan fugaz como el paso de una nave extraterrestre.

El esfuerzo de EXPRESO se plasmó en noticia, claro, por la providencial aparición del extraño objeto que sobrevoló las pampas de Chilca, pero también por la constancia de gente de nuestras filas y por la convicción de una persona de la trayectoria -vital y profesional- de Pablo de Madalengoitia. Ellos creyeron en la posibilidad de la anunciada visita espacial. La cámara de Edilberto Alvarado les ha dado la razón.

La noticia recorre, a estas horas, el mundo entero. En distintos lugares del orbe, gente de todo tipo opina sobre el fenómeno. Unos, echando al vuelo su escepticismo. Otros, expre- sando la recóndita esperanza de que viajeros de otros mundos auguren tiempos mejores para los habitantes de este cruel planeta.

La realidad cotidiana ha sido alterada por un nuevo dato, apto para el análisis y la conjetura, proporcionado por el diario EXPRESO de Lima, Perú. Una convulsionada comarca de América del Sur.

Los Periodistas de la Agencia E.F.E

Extraído del Libro: Los Guías Extraterrestres

Llegados a la casa en Lima, nos dimos con una agradable sorpresa que confirmaba el apoyo que nos dispensaban los Guías, y era que nuestro padre, el mismo día que iniciamos nuestra aventura a Marcahuasi, se había encontrado con un redactor del diario «El Comercio», quien era su amigo, había aprovechado en esa oportunidad para entablar una ligera conversación en la que como siempre surgió el tema de los Ovnis. Mi padre se valió de esto para contarle los pormenores de lo que él sabía sobre nuestro contacto y el viaje a Marcahuasi, despertando esto tanto interés en el periodista que lo llegaría a colocar todo por escrito en una nota de prensa para que se publicara en el diario.

La noticia impactó de tal forma que la Agencia de Noticias E.F.E. inmediatamente se interesó en ella, haciendo con mi padre las averiguaciones del caso para comprobar la seriedad de la misma. Al confirmar los pormenores, esta agencia se encargó de difundirla a nivel mundial. El cable decía lo siguiente:

«Cinco jóvenes peruanos mantienen contacto con seres extraterrestres en la Meseta de Marcahuasi. Como culminación de un proceso de contacto, Cinco jóvenes peruanos partieron hacia Marcahuasi, altiplanicie situada a 70 Kms. de Lima y a una altura de 4,000 m.s.n.m., permaneciendo allí por varios días para establecer comunicación con los tripulantes de un Ovni procedente de Ganímedes, el mayor de los satélites de Júpiter, reveló ayer a E.F.E., el Presidente del Instituto Peruano de Relaciones Interplanetarias,
Señor Carlos Paz García.»

La Agencia E.F.E. encomendó la tarea de la respectiva verificación a Juan José Benítez, periodista responsable y objetivo de «La Gaceta» del Norte de Bilbao, España, que en aquellos momentos se encontraba cubriendo las informaciones de la guerra del Medio Oriente desde el mismo frente Israelí. Fue un cambio de ambiente y de tema bastante disímil, como posteriormente nos los comentaría él mismo, que le sorprendió y le llegó a dar un mayor interés, aunque con mucha prudencia.

Llegó a Lima en compañía de otro colega, y ni bien habían llegado al hotel, dejaron su equipaje para dirigirse inmediatamente a la casa de mi padre en el Distrito limeño de Barranco. La dirección que llevaba a mano le sirvió para llegar directamente en un taxi que tomara en el centro de la ciudad.

Nosotros ya habíamos vuelto del viaje a la meseta enterándonos de que en nuestra ausencia, papá había cometido una conveniente indiscreción, dándonos publicidad y haciendo que se cumpliesen los mensajes dados por los Guías. A la llegada de los periodistas, tanto mi hermano como yo, nos entusiasmamos tanto que sacamos de inmediato la carpeta con los mensajes. Benítez no nos entendió lo que queríamos decirle cuando le confiamos que su presencia cumplía con las indicaciones, demostrando que todo ello había sido preparado para que obedeciera con el plan de desarrollo de la Misión y que él venia enviado a realizar parte del trabajo asignado.

Después de recalcarnos que nos negaba la posible existencia de seres de otros mundos y de la posible vinculación con algunos seres humanos, rechazó enfáticamente de que él hubiera venido desde España por otra razón que no fuera el interés de la agencia de noticias por lo que supuestamente allí estaba ocurriendo con nosotros.

Los días siguieron a esta entrevista, los periodistas asistieron a reuniones del Instituto de mi padre, dialogando con personas ajenas a nuestro contacto, que como he aclarado antes, no lo tuvo el I.P.R.I. sino los hijos del Presidente y el grupo de amigos que ellos frecuentaban, siendo el parentesco el único nexo entre el I.P.R.I. y Rama. El acopio de diversas opiniones y versiones no directas de nuestro contacto significó el posterior estado de confusión que imprimiera Benítez en sus escritos, pero sin culpa alguna de su parte ya que la novedad de intercambiar con los periodistas nos hizo olvidar el mantener el celo adecuado para evitar que muchas personas del I.P.R.I. que rodeaban a mi padre, vieran la oportunidad de exagerar y dar informaciones inexactas, llenas de ligereza, para conseguir con ello una buena dosis de publicidad.

Finalmente, el 2 de Septiembre, y ante el asedio de la gente del Instituto, tuvimos que introducir a Benítez y a su compañero al interior de la casa, reuniéndonos en privado en el comedor, donde le relatamos los pormenores de la comunicación telepática y psicográfica. Esto lo hicimos para tratar de corregir muchas de las informaciones distorsionadas que ellos habían recogido en el ambiente.

Los periodistas se asombraron de la facilidad con la que nos comunicábamos por lo que invitamos a Benítez para que él también lo intentase. Para darnos gusto trató de concentrarse; posteriormente nos confesaría de que ciertamente había sentido una peculiar ansiedad que lo motivaba a escribir, recibiendo delante nuestro algunos garabatos ilegibles. Fue en aquel momento en que nos pidió que les consultáramos, a los Guías de la posibilidad de que se diera un contacto del que ellos pudieran llegar a ser testigos. Se hizo la pregunta y el Guía Kulba del sistema de la estrella cercana de Centauro contestó citando el día 7 de Setiembre a horas 7:30 p.m. a un contacto que se concretaría a las 9:00 p.m. con las siguientes personas, que debían asistir: Eduardo, Mito, Sixto, Charlie, Juan José Benítez, Berta, Lilian, Ana María, Paco y aquellos que considerábamos aptos (pero no más de tres personas).

Charlie, mi hermano, era el que había recibido la comunicación importantísima y gravitante en el futuro de la Misión, que en caso de confirmarse nos abriría las puertas de la difusión a nivel mundial como lo habían dicho los Guías o terminaría por cerrarlas para siempre.

Miramos a los periodistas esperando captar su reacción al leer el mensaje pero estaban allí silenciosos y pensativos. Nos dimos cuenta que no los habíamos impresionado en lo más mínimo, sobre todo al compañero de Benítez. Sus dudas eran comprensibles debido a que nuestras comunicaciones eran a simple vista algo demasiado sencillo y simple, lo cual les hacía pensar en lo absurdo e irreal de una posible experiencia física. Les dijimos entonces, que les entendíamos y que, no los culpábamos por pensar así, pero que sus dudas quedarían despejadas como lo fueron las nuestras en el terreno mismo durante la salida.

Habíamos aprovechado los días previos a la salida para viajar con dos buenos amigos: Tito Aisa y Tiberio Petro León, quienes habían organizado una corta expedición para desentrañar el misterio de las piedras grabadas de Ica. Benítez nos acompañó interesándose en el tema, mientras que en el camino aprovecharía para bombardearnos con toda clase de preguntas, captando nuestras respuestas en su grabadora. Como las preguntas fueron directamente al tema, esclareciendo muchísimos aspectos del contacto, aprovecharé la oportunidad para citar algunas de ellas:

 

– BENÍTEZ: ¿Por qué nos visitan los extraterrestres y qué prueba hay de su presencia?

– CHARLIE: Por los innumerables casos que se han registrado en todo el mundo vividos por la más diversas personas, podemos argumentar que somos visitados por muchos habitantes de múltiples planetas y con la más variadas intenciones. Prueba de ello están las evidencias que a través de la arqueología y de las religiones comparadas se pueden reunir con un análisis desapasionado, objetivo y con amplitud de criterio, que nos hablan de su presencia a lo largo de las edades. Igualmente en una visión retrospectiva de la historia de los orígenes de los diversos pueblos y en sus leyendas, encontramos aquella actuación sospechosa e intervención influyente de los comúnmente llamados dioses, ángeles o mensajeros celestes, cuyas descripciones actualizadas encajan y se relacionan fácilmente con los de los viajeros espaciales. No todos los planetas están habitados y no todos ofrecen condiciones de vida, pero de entre los que sí lo están, no todos necesariamente están habitados por seres superiores al hombre.

No hay pues, razas superiores sino procesos diferentes y civilizaciones distintas atravesando cada una su propio episodio evolutivo. Nos encontramos en un espacio vastísimo de millones de galaxias, cada una con alrededor de 400,000 millones de estrellas, que ni es silencio ni oscuridad ni soledad, todo lo contrario, es un tráfico fantástico de ondas de diversas frecuencias, de naves de las más diversas formas y procedencias (tripuladas y no tripuladas), también de aerolitos, meteoritos, cometas, etc. Las civilizaciones que llegan a alcanzar la Tierra o que se detienen en ella -porque deben de haber muchas que seguirán de largo esquivándonos quizás por razones de seguridad y precaución- lo hacen algunas por investigación científica, para lo cual hacen experimentos, llevándose toda clase de especimenes. Otras llegan buscando lugares de asentamiento de futuras colonias, algunos en una situación más desesperada se las ingenian para mezclarse con el género humano asumiendo semejanzas físicas que les permitan pasar desapercibidos para sobrevivir.