Capítulo 9 (tercera humanidad)
Nos encontramos en la Era Terciaria, inmediata a la Era Secundaria es decir, hace unas decenas de millones de años atrás. El equipo de Ingenieros Genéticos, Sembradores de Vida, Interventores o Facilitadores extraterrestres, verificaron que la vida en la Tierra se estaba recuperando por sí misma después de un gran cataclismo, y que el proceso de adaptación había llevado a la aparición dominante de los vivíparos mamíferos por lo que decidieron retomar nuestro mundo y reparar la depredación orientando todo su accionar en un continente ahora desaparecido, aquel que el zoólogo inglés Philip R. Slater denominara Lemuria.
La misión científica extraterrestre estaba integrada por un equipo de siete Ingenieros Genéticos llamados en la Biblia “Elohim” (nosotros o los dioses). Su principal misión era preparar la aparición del primer ser humano.
El Andrógino y la aparición del Hombre
El primer paso fue encontrar la especie de mamífero capaz de dar el siguiente paso evolutivo, provocando en él los saltos genéticos necesarios que llevarían a la aparición de un grupo de proto-homínidos, remotos antepasados del hombre. Estos seres fueron así creados en una evolución compartida entre los factores naturales y las modificaciones artificialmente generadas que se llevaron a cabo al interior de una gran nave. Así, fruto del experimento, los Elohims consiguieron una variedad de andróginos; es decir, seres que poseían ambos sexos. Sin embargo, y a pesar que el proyecto inicial fue todo un éxito, los andróginos no se adaptaron a la densidad del plano, por lo que se podía prever que no sobrevivirían al ser tan frágiles y sensibles frente a la agresiva dinámica de cambio que imperaba en aquel entonces en nuestro planeta.
Ello originó que los científicos espaciales realizaran una variación en el proyecto genético, interviniendo nuevamente a los andróginos para transformarlos, a través de nuevas modificaciones, en seres de sexo diferenciado. Es decir, que fueron convertidos en machos y hembras definitivos. El resultado fue un grupo de Adanes y Evas que derivarían más tarde en la raza negra, la original del planeta que pronto se diseminaría por todo el globo. Hay que aclarar que los extraterrestres afirman que fue de una Eva que surgió un Adán y no viceversa.
Según los científicos de la actualidad, el hombre habría aparecido hace aproximadamente unos tres millones de años, y no hace decenas de millones como sugieren las informaciones diversas basadas en la arqueoastronomía. No obstante, la ciencia no ha podido explicar una serie de contradicciones de «tiempo» que señalan una antigüedad muchísimo mayor para la aparición del hombre.
Por ejemplo, en el parque nacional Dinosaur Valley (Texas – USA), en el lecho del Río Paluxy y en la meseta rocosa de la orilla se han encontrado al lado de huellas de dinosaurios, improntas humanas petrificadas. Lo más sorprendente, era que las huellas se ubicaban en capas geológicas muy antiguas. En principio, el agua del río debería haber erosionado rápidamente las huellas dejadas por los animales prehistóricos hasta hacerlas desaparecer, pero en realidad se observa, perfectamente, unas huellas que tenían como mínimo 60 millones de años. ¿Quiénes eran aquellos seres humanos que convivieron con los dinosaurios? ¿Serían acaso visitantes extraterrestres?
Por otro lado, en 1977, el genetista Suante Päävo, de la Universidad de Munich, tomó un fragmento de los huesos fosilizados que se guardan como un secreto de estado en Alemania y estudió por primera vez el ADN del hombre de Neanderthal. La comparación del patrimonio genético reveló claras diferencias entre el hombre primitivo y el hombre moderno (Homo sapiens sapiens). En las mitocondrias se localizaron 27 diferencias, mientras que en todas las razas que existen en la actualidad se observan como máximo ocho diferencias (!). La explicación a aquel «eslabón perdido» podría ser la intervención y manipulación extraterrestre.
Definitivamente hay muchas contradicciones en la evolución. Si los dinosaurios se extinguieron hace unos 65 millones de años como se ha planteado, y nuestra humanidad existe, supuestamente, sólo desde hace tres millones de años, todo ello hace imposible que haya representaciones gráficas en el pasado de animales prehistóricos. Si la idea que se tiene hoy en día de la evolución es correcta, ningún hombre podría haber visto nunca un dinosaurio y, por tanto, tampoco podría haberlo dibujado en una caverna, grabado en una piedra, representado en cerámica o incluido en la mitología y el imaginario popular como dragones. Sin embargo observamos que estas representaciones abundan por doquier.
Volviendo a la historia, una vez creada la base de la primera humanidad terrestre, estos siete Ingenieros Genéticos se reunieron con las parejas seleccionadas (que eran varias) de estos Adanes y Evas en la nave laboratorio, haciéndoles saber que de toda semilla, fruto o planta podían alimentarse (eran vegetarianos), y que todo aquel gigantesco vehículo extraterrestre funcionaba como invernadero. Pero hubo restricciones, no debían de consumir de ciertas plantas, lianas, cactus y hongos que estaban reservadas en una zona especial del laboratorio, porque estas tenían propiedades alucinógenas por lo que al consumirlas verían acelerar sus facultades psíquicas de una forma descontrolada, neutralizando toda posibilidad futura de desarrollar dichas facultades de forma natural, afectando las neuronas del cerebro e iniciando así, un proceso irreversible de muerte que ni ellos podrían detener, lo que llevaría a abortar el proyecto.
Gadreel, un Elohim contaminado
Los Adanes y las Evas sujetos a un proceso de aprendizaje controlado aceptaron en un primer momento muy disciplinadamente la recomendación de no acercarse a estas plantas restringidas, pero uno de los siete Ingenieros Genéticos, un médico extraterrestre llamado Gadreel, identificado con el símbolo de la serpiente, símbolo del caduceo de mercurio de la medicina, se reunió aparte con nuestros antepasados y les dijo que sus colegas junto con él, necesitaban observar el comportamiento bajo el efecto de estas plantas alucinógenas, induciéndolos a experimentar. Esta contradicción fue aceptada ingenuamente por nuestros antepasados quienes dejándose guiar enfrentaron la primera experiencia de consumo de drogas por parte de la humanidad. Gadreel influido por Lucifer quería a propósito frustrar el Plan Cósmico.
Los Adanes y Evas debido a ésta experiencia tuvieron bruscamente una mayor apertura del tercer ojo lo que les hizo pasarla muy mal, bajándoles la presión, sintiendo frío. Cuando los demás ingenieros se dieron cuenta del problema, no relacionaron que había sido un compañero suyo el elemento distorsionador, sino que definitivamente los nativos eran seres impredecibles; que la curiosidad en ellos era muy peligrosa y que inclusive este exceso de curiosidad que no conocía límites podía poner en peligro la seguridad de ellos mismos y del Plan. Así que decidieron abortar por segunda vez el proyecto Tierra y cancelando su intervención, se marcharon del planeta abandonándolo a su suerte.
La creación de los Sunkies
Gadreel nombre arameo que significa «Dios es quien me ayuda» era un ser extraterrestre que se había unido a Luzbel, y siéndole fiel a sus intereses, buscó la forma de boicotear el programa induciendo a los primeros seres humanos a usar estas plantas prohibidas. Esta escena protagonizada por el Elohim, se representa como «la Serpiente del Jardín del Edén».
Cuando los Ingenieros Genéticos se enteraron de lo que había hecho Gadreel, consideran inviable nuestra humanidad y cancelaron el proyecto, abandonando a su compañero en nuestro mundo, en una especie de prisión subterránea de la cual no saldría hasta que fuese evaluado y se verificara que había cambiado de actitud. Durante este período, Gadreel, con la intención de ganar tiempo, no se quedo con las manos cruzadas, ingeniándoselas para «crear» una raza de criaturas humanoides, los «sunkies», como iniciativa paralela a la humana, que vivirían en el interior del planeta y cuya importancia actual radica en que son ellos los principales moradores del mundo subterráneo donde se han guardado muchos secretos. Los Sunkies formarían parte de una esquiva civilización intraterrestre.
Esta siembra de Gadreel en el mundo subterráneo con seres de su creación, buscaba seguir neutralizando la realización del Plan induciendo al ser humano el consumo de toda clase de plantas prohibidas de consumo directo, como supuesta y a la vez engañosa vía de protección a toda clase de acechanzas, y para facilitar su contacto con estos seres y lograr de ellos sus favores, los cuales serían siempre cobrados a muy alto precio: el pago finalmente sería la dependencia, el bloqueo natural de facultades y la gradual autodestrucción del propio ser humano.
Surgió así una variedad peligrosa de mal llamados elementales o espíritus de la naturaleza, distintos a los naturalmente existentes que son producto de la evolución espontánea de la energía y de la consciencia planetaria. Estos seres, bajo ciertas condiciones llegan a corporizarse, situación impensada para los que son producto del proceso natural. Pero no todas estas entidades tienen una tendencia hacia el mal. Siendo nuestro mundo parte de un universo donde prima la dualidad, existe la tendencia hacia ambas direcciones de la polaridad en todos los seres. Por ello hay seres también benéficos habitando en el mundo intraterrestre.
Una vez que los Ingenieros Genéticos se marcharon dejando a Gadreel aislado, dejaron también a su suerte a los grupos de Adanes y Evas que habían sido promovidos, y estos se encontraron a su vez con otros homínidos que ya se hallaban dispersos en diferentes regiones de la Tierra sujetos a la evolución, hibridándose con ellos. De esta manera comenzaría aquello que denominamos «el origen de las razas».
Esta dinámica de crecimiento espontáneo de una humanidad impredecible motivaría a retomar más adelante y con mayor fuerza el Proyecto-Tierra, a pesar de todas las vicisitudes porque en los otros planetas sujetos al proyecto que lograron sobrevivir a nuevas destrucciones se intervino tanto para que no se desviaran ni a derecha ni a izquierda, que con ello lo que se produjo fue una peligrosísima dependencia a los Vigilantes extraterrestres, imitándoles y copiándoles los procesos que llevaron por consiguiente al mismo estancamiento evolutivo que ellos adolecían. El único planeta en el cual los experimentadores perdieron el control sobre el experimento, y donde existen posibilidades reales de que consiga el propósito original y más, resulta siendo la Tierra.
La primera raza, originaria del planeta, la base de todo, es lo que se conoce como la Humanidad Lemuriana, y de la que deriva la raza negra con todas sus variantes.