Capítulo 2
Entendiendo esto, pasamos a explicar que este Universo Material ha tenido muchas creaciones. Es un universo que tiene principio y por ende tendrá fin, un universo finito pero sin límites. Como una esfera. Las primeras civilizaciones que surgieron en esta última gran creación fueron teledirigidas, fueron guiadas por seres ultraterrestres del universo mental. Estas entidades actuaron como apoderados de estos entenados, de estos instruidos que eran los primeros en aparecer en este universo material. Estas primeras civilizaciones comenzaron a ayudar a otras que venían detrás y así sucesivamente en una larga cadena de solidaridad. Estas primeras civilizaciones surgieron sobre la base de razas raíz o matriz, entre ellas «Los Reptiloides», «Los Felinoides» y Los Humanoides», que fueron extendiendo por todo el universo.
Aclaremos que los seres del universo mental, como los ángeles, no tienen una evolución como la nuestra. Su evolución no es por mérito como el caso nuestro, sino por servicio prestado de intermediación. Como son seres que han sido creados dentro del universo mental son seres muy mentales que saben porque tienen el conocimiento: de adónde viene todo y hacia dónde va; ósea, no pueden desviarse ni a derecha ni a izquierda. O por lo menos, ¡no deberían! Podríamos decir que son seres muy mentales, como cuadriculados o parametrados que para evolucionar requieren que el universo material evolucione y los ayude haciéndoles sentir, lo cual los promovería a alcanzar niveles superiores, conectándolos con el universo espiritual.
Consecuencias de un Orden Mental
En un momento dado de la creación, estas civilizaciones del universo material que recibieron el apoyo de seres del universo mental, alcanzaron niveles de evolución tan elevados que no pudieron evolucionar más. Después de alcanzar la tercera, la cuarta, la quinta y hasta la sexta dimensión de la conciencia mientras iban ayudando a otros a evolucionar, se estancaron porque en el camino sacrificaron las emociones y lo sentimientos. Como dice el dicho, «partida de caballos, parada de borricos«, pues empezaron muy rápido, con mucho entusiasmo, con un desarrollo muy auspicioso, pero precisamente, por haber recibido tanto en tan poco tiempo y sin mucho esfuerzo ya que siempre fueron guiados y teledirigidos, no pudieron continuar avanzando produciéndose así un estancamiento en la evolución. Un estancamiento en un universo dinámico como el nuestro, en donde todo siempre está en movimiento, era algo bastante peligroso. Esto obligó a que los seres del universo mental se reunieran en una especie de concilio y trataran de discernir en qué habían fallado.