Capítulo 11
Una vez que los Pleyadianos y los Sirios se encargaron de la vigilancia del planeta, la influencia de Luzbel se dejó sentir nuevamente, esta vez sobre un grupo de doscientos pleyadianos del comando de Semiasas, quienes se vieron tentados a transgredir el orden, dejándose llevar por la sensualidad propia de un planeta paradisíaco y sensual de vibraciones extrañas a ellos. Así, estos Vigilantes cometieron una gravísima infracción al tener relaciones sexuales con los seres humanos de la Tierra, algo que estaba estrictamente prohibido por las graves consecuencias que pondrían en peligro, una vez más, la consecución del proyecto. Esto ocurrió en el Monte Hermón. Recordemos que eran seres de tiempos y dimensiones diferentes.
El Libro de Enoch
Esta historia se halla descrita en el capítulo 6 del Génesis Bíblico y registrada al detalle en un libro antiquísimo, llamado «El Libro de Enoch».
El texto en mención escrito supuestamente por Enoch, un personaje del Antiguo Testamento misteriosamente se «perdió» después del Concilio de Laodicea, en el Siglo III; sin embargo, volvió a aparecer hace más de 200 años. De las tres copias recuperadas por el famoso explorador
La escena del descenso de los 200 Vigilantes es descrita por Enoch. Y este acontecimiento, en contra de la idea que sucedió hace unos pocos miles de años, en realidad ocurrió en tiempos más lejanos. Para tener una idea de esto, recordemos que el Génesis cita a Enoch como un patriarca longevo de una séptima generación después de Adán (Génesis 5:18); más tarde vendrían nombres muy conocidos como Matusalén, o Lamec, el padre del célebre Noe, quien, como sabemos, habría sido uno sino más de un superviviente de la Atlántida.
Si Enoch pudo describir lo que pasó en el Monte Hermón, es porque se trataba de un acontecimiento antiguo.
El pacto del Monte Hermón
El Libro de Enoch describe a «200 ángeles» que aterrizan en el Monte Hermón entre Líbano e Israel y se unen a las hijas de los hombres. Eran encabezados por su comandante, un ser denominado Semiasas.
«Hagamos parejas con ellas y tengamos hijos…» (Enoch, Libro de los Vigilantes 6:2) «.
Ante esta propuesta del grupo extraterrestre, el Comandante Semiasas respondió que aquello era una locura, que eran ángeles así los menciona el texto, aunque sabemos que eran en realidad cosmonautas pleyadianos y que estaban prohibidos de aparearse con los humanos. Les dijo entonces: «si ustedes lo hacen, Dios me culpará a mí porque soy el Comandante y el responsable por los pecados de todos ustedes». Entonces juramentaron en involucrarse todos. A esto se le llamó «El Pacto del Monte Hermón».
Y se juntaron con las mujeres, y tuvieron hijos gigantes.
Mientras tanto según prosigue el Libro de Enoch, los Arcángeles Miguel, Uriel, Rafael y Gabriel, miraron hacia abajo desde el cielo y viendo los estragos se dijeron «Debemos informar a Dios de lo que está sucediendo» (Enoch 9:1-11)