Pregunta: ¿Cuándo termina esta misión?
Esta misión no termina, solo se renueva para dar paso al trabajo con toda la humanidad, para que el hombre salve al hombre, a su pueblo, su raza, su humanidad; y todo ello con vuestro esfuerzo y nuestro apoyo.
Amados hermanos, no descuiden su preparación por cuanto el acechador se juega sus últimas cartas a través del engaño, la desidia, la apatía, el desaliento, la tristeza y la tensión. Traten de trascender las vibraciones negativas que les envuelven frecuentemente, liberándose de todo lo que les resta luz. Resplandezcan a través del amor y no miren atrás lo ya superado. Solo con fe sigan avanzando.
Las necesidades mundiales de guía y orientación cada día van aumentando, pues la confusión y la desesperanza se han visto incrementadas, por lo cual el portal deberá encontrarse completamente abierto en este tiempo, por ello mantengan la comunicación no sólo con nosotros sino con todos los grupos en el mundo, para que coordinen una acción mundial a manera de gran cadena de ayuda planetaria.
La misión consiste también en mantener el contacto, tanto con uno mismo como con aquellos dispuestos a ayudar a la humanidad desde fuera.
El contacto es un medio de interacción en la misión de ayuda planetaria; canalice la solidaridad y el interés de orientación sin crear dependencias. Las dependencias están en el corazón y en la mente del ser inmaduro. Deben caminar con vuestros propios pies, tomando vuestras propias decisiones pero a partir del amplio abanico de pautas, consejos y experiencia que se os facilita.
En la misión, el contacto es el justo mecanismo por el cual nos apoyamos mutuamente en el trabajo por el plan.
Procuren que dentro del grupo vuestro pocas personas reciban los mensajes pero a la vez que sean varias; y que todos lo intenten. Todos pueden y deberían aprovechar de los aportes de la comunicación, sea quien sea el que la reciba, siempre que mantengan el rigor que ya conocen en el análisis del contenido.
Procuren el contacto interno antes que el externo, y dejen que el puente se establezca, para que la información llegue. Hay muchas formas de entrar en con tacto y recibir mensajes: ya sea en sueños, en la meditación, a través de inspiraciones, visiones, activadores simbólicos, etcétera.
Cada grupo en la misión debe trabajar en una permanente irradiación planetaria, sembrando luz con su pensamiento. El lugar donde cada uno se encuentra es el de su responsabilidad planetaria, y es el punto importante donde se puede neutralizar el accionar de las fuerzas oscuras. Aunque muchas veces no se lograra evitar los acontecimientos, siempre estos se verán afectados o acelerados para bien de todos. La irradiación constante contribuirá en la transmutación de los hechos futuros, para que estos sean lo menos traumáticos.
Vosotros tenéis la misión de afinar en grupo, vibrando y experimentando la elevación del amor perfecto. Cada uno y en conjunto perfeccionaran la armonía que se inicia en el alma individual y luego se extiende hacia la comunidad mental. Están llamados a madurar la conciencia de vuestra capacidad creativa de amar.
Los nuevos grupos de contacto que se vayan formando deben cultivar por encima de todo el fondo y no la forma del mensaje. Así, libres de prejuicios y esquemas podrán encaminarse hacia la consecución de los objetivos fundamentales de la misión, como es establecer el puente de unión entre la Tierra y el Cosmos, y asegurar la trascendencia humana, en medio de la oscuridad y la confusión frente a los resplandores que confunden con la verdadera luz. Ustedes son los obreros de una gran obra, y están trabajando en poner las bases sólidas que son la esencia, los valores y principios para la realización del Plan Cósmico. Deberán recordar la misión individual y colectiva, para lo cual habrán de vivir el mensaje.
La misión es ser puente de luz, medio de paso, canal de energías, transmisor de pautas, despertador de conciencias y fuente de amor para un mundo en cambio y transición.
Cada ser humano debe asumir la condición de alternativa por su ejemplo y actitud personal, sólo así vivirá la misión.
Fragmento extraído del Libro «Una puerta hacia las Estrellas» de Sixto Paz Wells.