«El encuentro físico se producirá a su tiempo,
y será como cuando dos amigos se encuentran
en un mismo camino, caminando»
Ossim
No será nada fácil plasmar en estas líneas una experiencia tan intensa, bella y profunda, que me permitiese compartir nuevamente con nuestros Hermanos Mayores de la Misión RAHMA.
He reflexionado mucho todos estos meses que han transcurrido desde que viviese aquel encuentro programado en Chilca (feb, 24), comprendiendo que lo más importante no es afrontar un encuentro cercano en sí, sino el poder comprenderlo, reflexionar en su mensaje, y por encima de todo saber transmitirlo adecuadamente.
A diferencia de otras ocasiones, en que tuve la maravillosa oportunidad de encontrarme con ellos físicamente, en esta nueva experiencia les acompañé en un viaje extraordinario a bordo de una de sus naves. Aunque esto suene increíble, formaba parte de un proceso de contacto que veníamos preparando desde agosto de 1997, cuando en un encuentro cercano con el Guía Antarel, los Hermanos Mayores me invitaron por primera vez a acompañarlos.
Finalmente, el 24 de febrero de este año, luego de seguir un intenso proceso de preparación y comprensión de la invitación, viví la experiencia más profunda. Y no está de más decir, que en verdad, el contacto y enseñanza de semejante vivencia está destinado a la Misión toda.
En el presente informe he procurado dar a conocer esta experiencia en todos sus detalles, esperando que el mensaje pueda llegar de una forma clara y transparente. He sentido compartir los momentos más importantes antes, durante y después del contacto, ya que en todo momento me sentí representando a mucha gente, y pienso que todo lo que recibí y comprendí, debe llegar como una herramienta útil de entendimiento y reflexión a otros hermanos que están comprometidos con la Misión.
Espero que mi testimonio -uno de tantos-, y más aún el mensaje que se desprende de este nuevo encuentro cercano con nuestros Hermanos Mayores, toque aquel punto de luz del caminante RAHMA. Aquella fuente de energía o fuerza superior que nos ha mantenido todos estos años en el camino, con nuestros errores y aciertos, con nuestras pruebas y aprendizajes, logrando reconocernos ante el contacto como siempre sostuvieron los Guías: «como cuando dos amigos se encuentran en un mismo camino, caminando…»