Capítulo 10
La influencia del ser ultraterrestre Luzbel, había puesto en peligro desde un inicio el Plan Cósmico, y por ende el Proyecto-Tierra al involucrar a Gadreel en una acción saboteadora de alto riesgo. Y aquí no acabarían los esfuerzos de esta entidad del Universo Mental que procuraba impedir el desarrollo del Plan. La siguiente carta que usaría Luzbel para impedir la culminación del proceso sería Satanael, Vigilante extraterrestre de la estrella Rigel, en la Constelación de Orión.
Como tres planetas de los ocho seleccionados dentro del Plan se habían destruido, y posteriormente los cuatro restantes se habían estancado evolutivamente, la última carta, la única posibilidad aún en carrera era el octavo: la Tierra. Al volver a interesarse en nuestro planeta ya la humanidad Lemuriana había evolucionado por si misma.
Al poco tiempo del abandono y del olvido al que fue sumido el planeta, llegaron naves a nuestro hábitat declarándolo tierra de nadie, lo cual les permitiría extraer una variedad de metales, entre ellos oro. Pero el oro de la tierra no era de la calidad y refinamiento que se necesitaba para crear 12 discos a manera de espejos metálicos, de un oro casi traslúcido, que conectados entre sí, a través de un decimotercero más grande, y que los ensambla a todos, debían ser ubicados en puntos estratégicos, para que pudieran plasmar un rumbo de conexión con la puerta cósmica de regreso al Real Tiempo del Universo, así como facilitar una energía portadora capaz de abrir puertas entre las dimensiones.
Para la confección de dichos discos se requirió de la combinación de varios metales, siete precisamente, conocido esto como proceso alquímico. Pero no era suficiente la mera aleación de los metales, se requería que en su fabricación interviniera la combinación de voces y sonidos (vibración), mentes y corazones del planeta y de éste tiempo alternativo.
Los interventores del Plan Cósmico -como dijimos- centraron su atención sobre ocho planetas de categoría UR, de cuatro galaxias escogidas de un grupo local, limitando el área de experimentación, ingresando a través de pliegues cósmicos en un Tiempo Alternativo, que se creaba en la medida en que se entraba en él. Al ingresar iban dejando atrás una puerta que rápidamente abrió otras, convirtiéndose en varias, llegando a ser siete en el cosmos, y no menos de doce en la tierra, confundiéndolos en el proceso de retorno y arriesgándolos a perderse en el caso de escoger el portal equivocado. Porque solo una es la correcta para volver a su tiempo y momento.
Cada uno de los trece discos ha impedido por un tiempo que se abran más portales. Pero con la cercanía al Giro del Tiempo, y la activación de los centros, los discos están dando paso a aperturas mayores hasta que todo el planeta sea absorbido por un solo mega portal. Los Veinticuatro Ancianos de la Galaxia y los Nueve de Andrómeda, que son el gobierno de nuestra Galaxia y del conjunto o Grupo Local, sabían lo que significaba enviar a los experimentadores a ésta otra realidad, y a propósito lo previeron para que quienes llegaran a los planetas de intervención no pudieran echarse atrás, impidiéndoseles volver de inmediato sin completar antes su tarea, obligándoles así a que tuvieran el debido interés de que el proyecto alcanzara el éxito. Por ello los Sembradores, los Guardianes y Vigilantes, y los Instructores seres de nivel 4,4 esto es con cuerpos de cuarta dimensión, consistentes pero a la vez ligeramente más luminosos que los nuestros y con una cuarta dimensión de conciencia, pagaron el precio del ingreso, con un trauma de olvido parcial, que llamaríamos desorientación.
Los Mayores y Mentores que son de un nivel 6,6 no tienen corporeidad física, y se proyectan al Tiempo Alternativo, pero no están en él.
Las siete puertas son como los siete sellos, para ubicar a la puerta correcta había que usar a la humanidad o dejarse guiar por ella de regreso a casa, acompañando su despertar. Pero esto vendría a entenderlo mucho tiempo después los interventores.
Originalmente no se usó a los seres humanos de la tierra para el trabajo de las minas, pero posteriormente algunos grupos humanos primitivos y posteriormente los conocidos como Neanderthales fueron empleados, o más bien diríamos: esclavizados para esas funciones sin ningún remordimiento.
Paralelamente a todo esto la humanidad en contacto con lo intraterrestre y con los elementales avanzó pero de una manera desordenada, conectando fácilmente con distintas esferas y planos. Desde hace unos 80,000 años la raza negra originaria del planeta, llamada Lemuriana y la mejor adaptada al planeta, empezó a refinarse y destacar, siendo capaz rápidamente de construir mental y espiritualmente una escalera al cielo, y físicamente a través de una civilización con cultura propia, mentalmente con un entendimiento de las cosas y espiritualmente con la percepción de la existencia de los universos paralelos, planos y dimensiones.
En aquel entonces los humanos se conocían a si mismos, y se entendían entre ellos mentalmente, como en un solo idioma y también se comunicaban usando el lenguaje de las aves, sonidos a manera de silbidos, imitando el canto de las aves. Todo esto aunado al final de un ciclo cósmico de casi 26,000 años que creaba las condiciones ideales para hacer la sincronización de los tiempos, puso en alerta a quienes dirigían el Plan Cósmico. Se había logrado el avance de la humanidad en un tiempo sin tiempo; al margen de la observación, supervisión, control y guía de los interventores; y todo ello era inaceptable. El proyecto había sido dispuesto para que fuese una enseñanza y significara un aprendizaje para los extraterrestres, y no podía o debía resultar exitoso sin la presencia, seguimiento y observación cercana de los interventores; además, porque se corría el riesgo que sólo la humanidad de la Tierra diera el salto y se quedaran los extraterrestres atrapados en aquella otra realidad. En tal sentido hubiéramos pasado nosotros, pero no ellos. Por tanto se decidió bloquear la posibilidad de lograr un éxito inmediato, haciéndole olvidar al ser humano el conocimiento y recuerdo de sus facultades, el bloqueo se hizo en el ADN hace unos 30,000 años de los nuestros produciendo en él un terrible adormecimiento y retroceso. La clave para recordar estaría en el nombre secreto de cada uno, también conocido como “Nombre Cósmico”, que funcionaría como una llave personal e intransferible.
En una experiencia vivida a través de un xendra en Chilca en Marzo del 2011, el guía Antarel nos dijo: “En vuestro mundo sus científicos han elaborado una teoría no tan lejana de la realidad que busca explicar cómo funciona el universo. Es la teoría de las “Cuerdas vibrantes”; pues les decimos que en esos términos el surgimiento del tiempo alternativo es como haber colocado un parche en un tejido, esto es, haber incluido hilos de un tejido ajeno al tejido original, pero como que estos en vez de mantenerse como añadido en un extremo, se han ido entrelazando con la otra tela. Ustedes los seres humanos de la Tierra han afectado tanto a los experimentadores extraterrestres que han intervenido en la historia planetaria que hubo un tiempo en la Lemuria que lo alternativo estuvo a punto de alterar, suplantar y hasta suprimir lo real, y ello intimidó a los interventores haciendo que se suprimieran hilos (en el ADN haciéndoles olvidar lo cerca que estuvieron y muchas de sus capacidades) y esto ocasionó que se desgarrara el tejido entrelazado. El temor de que la humanidad lemuriana cambiara el ritmo, la música y hasta la sinfonía del universo en ésta última creación, hicieron que se decidiera cancelar el proyecto impidiendo que esto continuara. Más que una cancelación -como dijimos- fue un desgarro en el que sin embargo el planeta y la humanidad se las ingeniaran por su propia dinámica, para volver a reconectarse de manera natural una y otra vez poco a poco a pesar de la resistencia y la oposición. El Universo vibra ahora en una frecuencia distinta gracias a lo que esta ocurriendo en la Tierra y a lo que están haciendo ustedes para que pase. El nuevo tejido se ha vuelto a incluir solo, y ha llevado a adaptar el resto de la tela, desapareciendo el añadido como parche, transformándose éste en el diseño principal. Les decimos que ustedes están aportando una música distinta y novedosa que viene afectando como ustedes no se imaginan a las civilizaciones que participaron del Plan Cósmico, y a través de ellas al resto. Otro ejemplo que les podríamos dar en la historia de la Tierra, sería pedirles que se imaginaran que vuestro mundo es como el forro añadido a una tela principal, con la posibilidad impensada originalmente que la tela se convirtiera en reversible, y que la parte oculta tuviera mayor atractivo que aquella que se tejió originalmente. Como les decíamos lo que ustedes no sabían era que hubo ya en el pasado terrestre (Lemuria) un momento en que la humanidad estuvo a punto de concretar el Plan Cósmico rebasando toda expectativa, llegando a imponer esta realidad que uds vivencian sobre la otra realidad. La Ascensión del planeta supone que nuevamente las condiciones se han dado como para que la elevación vibracional haga que lo que estaba debajo vaya ahora a estar arriba; que lo que estaba oculto vaya ha ser conocido y develado…
El siguiente paso que se tomo en el Plan Cósmico fue el de retomar la Tierra como parte activa del proyecto y postergarlo hasta el nuevo ciclo de 26,000 años. Hace poco más de veinticinco mil años dos grandes civilizaciones fueron enviadas en calidad de Guardianes y Vigilantes. Unos procedían de Orión y otros de las Pléyades. El jefe de los oriones se llamaba Satanel, y su aspecto era reptiloide. Pero no todos los oriones son así, porque es una constelación que abarca varios planetas y civilizaciones, muchos de ellos son de aspecto muy humano.
Satanael era un elevado Maestro de Orión. Las ideas y «filosofía» de Luzbel, llenaron de envidia y celos a Satanael hacia a la humanidad de la Tierra, al punto de nublarlo y hacerle simpatizar con el «boicot» del Ultraterrestre. Los oscuros argumentos del Helell, polarizarían al Vigilante extraterrestre, quien se convertiría en su leal seguidor, y uno de los principales protagonistas de la saga del Plan Cósmico.
Satanael finalmente encabezaría una insurrección entre los Vigilantes, una postura que se transformaría en una suerte de «Guerra Civil» que pudo ser cósmica, por cuanto diversas civilizaciones extraterrestres se vieron confundidas y tentadas en participar de la rebelión cuando vieron que ésta era dirigida por uno de los más emblemáticos Vigilantes de este sector estelar.
Obviamente, Luzbel sabía sobre quienes influir y como. Si lograba integrar a Satanael en su causa, era predecible que otros seres y civilizaciones extraterrestres, se vieran arrastrados.
Hubo un momento en que Satanel consideró que como las energías del planeta eran tan violentas, y la humanidad impredecible en muchos aspectos, resultaba insegura y peligrosa la situación porque podía poner en peligro el orden establecido, por lo que era riesgoso usar a la humanidad o dejarla actuar espontáneamente. Más bien habría que neutralizarla y en todo caso, sino hubiese otra alternativa: dirigirla.
Satanel pertenecía al linaje cósmico de los llamados “Serpiente”, un linaje de las estrellas que se consideran a si mismos con derecho a gobernar el proceso de éste planeta, al cual también están atados. Las actitudes de éste Orión y de un grupo de sus seguidores llevó a la Confederación de Mundos a una tensión tal que se desató una verdadera guerra, cuyos ecos aún resuenan en ésta parte del universo.
Finalmente los disidentes fueron sometidos, y remitidos a la Tierra como deportados. Semejante decisión no hacía otra cosa que dificultar y asegurar paradójicamente más la posibilidad de reconexión entre los tiempos al crear una presencia y fuerza de oposición muy poderosa, por lo que si tomamos en cuenta aquello de que a toda fuerza se le opone otra contraria de igual intensidad la expectativa con respecto a la humanidad era mayúscula. Por ello se permitió. Unos a favor y otros en contra de un proceso, pero todo en un área controlada y observada. Además, originalmente se había previsto que hubiese toda una situación de fuerte presión sobre las civilizaciones escogidas para el experimento cósmico. La presencia de ellos sería parte gravitante de esa presión.
Aunque no todos los oriones participaron de la disidencia, los que se mantuvieron fieles al Plan Cósmico y a la Hermandad Blanca del Universo, se les reemplazó por seres de Sirio, de Can Mayor quienes junto con los Pleyadianos quedaron como Guardianes y Vigilantes.
Los oriones seguidores de Satanel, por ello llamados “satánicos”, consiguieron desde nuestro planeta influenciar psíquicamente sobre los pleyadianos, quienes se vieron afectados por la sensualidad del planeta, cometiendo la grave transgresión de tener contacto sexual con los seres humanos. Los mestizos producto de esta relación son los que conocemos como los “Atlantes”.
La intención de los disidentes al propiciar todos estos desaciertos era poder reencarnar a través de los atlantes, para escaparse de la Tierra, o apoderarse de ella; o llegado el caso destruirla; sólo que el problema que se presentaba a la hora de encarnar en éste mundo, es que todos enfrentamos un proceso de olvido parcial o completo. Olvidamos quiénes somos, de dónde venimos, hacia dónde vamos y por qué estamos aquí; y eso era un inconveniente insalvable.
El mal uso que hicieron los atlantes del conocimiento recibido de sus padres extraterrestres, los llevó a su autodestrucción. Muy conveniente para aquellos atrapados en nuestro planeta. Pero la destrucción no fue total como ellos hubieran querido, pero sí afectó el último período de la Lemuria, llamado “MU”, haciendo que los murianos fuesen evacuados por los pleyadianos desde la Antártida donde su historia y sus adelantos quedaron enterrados bajo el avance del hielo, siendo remitidos hacia Mesoamérica, dando posterior surgimiento a la civilización Olmeca.
Una de las particularidades de la humanidad en comparación con los interventores es que nosotros somos capaces de anticipar el futuro, esto es, que tenemos potencialmente la capacidad de la premonición y de la precognición. Los visitantes al ingresar en el tiempo alternativo sufren una desorientación que les impide anticipar y captar hacia delante los sucesos futuros. Todas sus previsiones se basan en cálculos de probabilidades, estadísticas matemáticas, proyecciones especulativas y todo lo que puedan llegar a enterarse a través nuestro. Por tanto los extraterrestres que vienen a la Tierra por actuar en un tiempo diferente al suyo, sólo conocen el pasado, el cual han venido ocultando por las implicancias del mismo. Conociéndolo seríamos conscientes de nuestras potencialidades, de nuestro rol y misión en el concierto de los mundos, así como conoceríamos a nuestro oponente, sus debilidades y limitaciones. Sólo que éste conocimiento sin estar preparados nos haría más mal que bien.
Para subsanar las consecuencias de las tragedias de Atlántida y Lemuria, a la vez que darle una nueva oportunidad a la humanidad que ya había demostrado su potencial capacidad de lograr los objetivos iniciales fundamentales, se decidió acelerar los procesos, pero esta vez bajo el estricto control y supervisión de los interventores.
Es en éste tiempo que se decidió enviar a los Instructores Planetarios, que en número de 144 visitaron distintas partes de la Tierra, y depositaron parte del conocimiento en un sistema de túneles que recorre a cierta profundidad y de forma paralela a la superficie, supervisando cada cierto tiempo el desenvolvimiento del ser humano para evaluar su capacidad de accesar a dicho conocimiento.
Las mujeres terrestres por su natural predisposición a canalizar y orientar las energías planetarias a manera de antenas, así como por su natural curiosidad experimental recibieron de los seres de Sirio un conocimiento de primera mano, consistente en la forma de aplicación práctica de las Leyes y Principios Universales, lo cual las transformó rápidamente en sacerdotisas de la diosa madre, que no significaba otra cosa que ser representantes del espíritu planetario o de los aspectos femeninos del Creador.
Por ello, en el Mito de Osiris, Isis es la diosa hechicera capaz de resucitar a su marido, el cual representa la humanidad sacrificada en el ciclo anterior. Ella transformada en ave (se desprende de su cuerpo y busca a su marido en los planos sutiles), revolotea alrededor del cuerpo del esposo asesinado, devolviéndole mágicamente y sólo por unos instantes, a la vida para engendrar el que restaurará el equilibrio.
Las poderosas energías planetarias pusieron a prueba a los Vigilantes que dividieron por secciones el planeta, creando áreas de influencia según los mundos, a manera de feudos, despertándose la agresividad y desconfianza, así como la rivalidad entre ellos entrando en franca y violenta competencia. Los extremos de tensión a los que se llegó fueron tales que requirieron de la intervención de seres ultraterrestres para poner orden. En medio de semejante caos reinante la labor de vigilancia dejo mucho que desear, relajándose y tornándose una coladera de visitantes inoportunos e inadecuados.
Para ayudar al planeta, a la humanidad y al Plan sin morir en el intento, luego de los 144 Instructores Planetarios, y como una forma de poner orden a las disputas generadas, los Vigilantes accedieron a la llegada e instalación de la Tierra de la “Hermandad Blanca”, que consistió en treinta y dos seres de diferentes mundos que se ubicaron en el desierto del Gobi en la Mongolia y se hicieron cargo de relevar a los instructores iniciales y limitar la participación de los Vigilantes en el proceso planetario. Además, se hicieron cargo de los Discos Solares, los Retiros Internos y de la vigilancia de los Portales Interdimensionales que se encuentran abiertos de manera natural en el planeta; y de cuantos podrían llegar a abrirse en la medida en que nos fuéramos acercándonos al final del ciclo cósmico.
Con el Cristo que se manifestó siete veces a lo largo del proceso planetario, se ubicó definitivamente la puerta correcta de reconexión con el Tiempo Real. La apertura del séptimo sello coincide por tanto, con el ascenso del planeta y la humanidad a la cuarta dimensión, así como con el retorno del Cristo como la manifestación del espíritu de compasión, caridad, y fraternidad, sólo que su manifestación requiere de un estado vibratorio superior en la humanidad basado en el amor incondicional a través del perdón. Seres como el mago Merlín, que eran híbridos entre extraterrestres y humanos conocían ambas direcciones del tiempo, y por ello fueron convocados a ser los guardianes de los discos solares y de las puertas cercanas a estos reemplazando a los extraterrestres.
Como hemos visto el Plan Cósmico señalaba a dos civilizaciones extraterrestres para vigilar nuestro planeta una vez retomado el proyecto luego de la oportuna intervención de los Ingenieros Genéticos. Estas dos civilizaciones eran los oriones y los pleyadianos. Empero, como se había producido la rebelión de un sector de los oriones bajo la figura de Satanael quien iba a ser, precisamente, el jefe del proyecto Orión para vigilar la Tierra, la Confederación Galáctica dispuso reemplazarlos por seres de la estrella Sirio, ubicada a 8,6 años luz, en la Constelación del Can Mayor.