¡EL VERDADERO GUERRERO DE LA LUZ NO RENUNCIA. ADELANTE HERMANOS HAY MUCHO POR HACER!
A unos escasos veinte metros de la potente luz de la nave que había descendido me detuve a observarla y meditar la importancia de aquella reunión y las malas noticias que les comunicaría a los Guías, porque se romperían los vínculos que a ellos nos unían, reconociendo el fracaso y lo inútil de su esfuerzo para con nosotros. Pero entonces sucedió algo extraño.
Quise avanzar y no pude hacerlo, fui repelido, rechazado por una barrera de energía tan fuerte que era como si me hubiesen dado un golpe con un puño gigante, cayendo de bruces en una hondonada, quedando desparramado y sin sentido por largo rato. En mi mente escuchaba que me decían:
«Estás solo a pesar de que nos tienes cerca, siempre lo has estado y siempre lo estarás porque ese es el requisito del que lidera, del que asume su responsabilidad como cabeza. ¿Crees que no vale la pena el esfuerzo que has realizado basta ahora? No es nada lo que has hecho, pues aún no empiezas. ¿Cuándo acabarás de comenzar?
Es cierto que la maldad y el egoísmo seguirán igualmente creciendo junto con la injusticia y que poco a poco decrece la esperanza para un mundo que persigue y destruye a quienes predican la paz y el amor; pero ¿piensas acaso que aquello será indefinido? ¿Dónde está tu fe en la misericordia de Dios? ¿Crees que Él los probaría más allá de sus posibilidades? El existe, si no ¿cómo comprendes el que nos encontremos aquí tratando contigo?, tú que sólo eres uno más. No entiendes el Amor del Creador.
Ninguno de ustedes lo entiende. ¿Quieres que te digamos algo?, pues tienes que seguir. No te obligaremos a ello, pero te advertimos que si siguen descuidando vuestro trabajo interior y personal no sólo no percibirán lo que está designado para esta Misión, sino que cuando llegue el momento de enfrentar las etapas necesarias, éstas no les encontrarán preparados. Creen que hacen mucho hablando mal unos de otros, o tratando de resaltar más que el resto, pues se engañan y entorpecen sus pasos. El que quiere ser el primero debe ser el último. No habrá de esperar nada quien ambicione todo, y habrá de darlo todo quien quiera tener algo.
Nosotros no te rechazamos, el plan no prescindirá de ti a menos que tú lo provoques, pero eres tú quien con tu actitud cobarde y cómoda nos rechazas al no comunicarte y eres tú el que traicionas las expectativas que sobre ti pesan. Esta es la oportunidad de tomar conciencia o ¿cuánto más deberemos esperarte o podremos hacerlo?. Comunícate con nosotros cuando hayas reflexionado lo suficiente y sepas qué responder, cómo actuar y cuándo decidirte por empezar…»
Extraído del Libro Los Guías Extraterrestres y la Misión Rahma.