Biológicamente, ¿El hombre es o no vegetariano?


A través de largos estudios e investigaciones, los científicos hallaron que el hombre en sus orígenes era vegetariano. Sólo comía carne en períodos de extrema crisis. Así fue como en la última era glacial, en la cual escasearon las frutas, verduras y oleaginosas, el hombre por un problema de subsistencia comienza a comer carne de animal. A posteriori esta costumbre continuó. A la escasez de alimentos se suma la reproducción del hombre. En principio los frutos de la tierra son suficientes, cuando las poblaciones aumentan, la agricultura no cubre todas las necesidades, ello también impulsa al hombre a la pesca y la caza. El hombre descubre el fuego y así van encadenándose los hechos hasta llegar a la civilización actual. En la cual el avance tecnológico es tan grande que se va perdiendo la visión del hombre como ser humano.

Llegados a este punto, comienzan los movimientos que nos están ayudando a despertar las conciencias dormidas. La tecnología es un arma poderosísima tanto para el bien como para el mal. Aquí entra en juego el libre albedrío del hombre y su derecho a equivocarse. La tecnología debe estar al servicio del hombre y del Planeta y jamás deberían estos ser destruidos por ella, sin embargo estamos en uno de los momentos más culminantes, en que si no damos marcha atrás y comenzamos a preservar lo que nos queda, pronto no nos quedará nada.

Gracias a Dios, muchos niños y hombres están tomando conciencia de lo que está ocurriendo y colaboran abiertamente por revertir la situación. El Respeto por la Madre Naturaleza implica el Respeto por la Vida.

El naturalista francés George Cuvier (1769-1832) es considerado el creador de la anatomía comparada. En uno de sus artículos dice:

«La anatomía comparada nos permite ver que el hombre se parece en todo a los animales frugívoros, y en nada a los carnívoros. La carne muerta sólo es susceptible de ser masticada y digerida por el hombre si se la disfraza y se la hace más tierna con preparativos culinarios; así, la vista de carnes crudas y sangrantes nos produce horror y repugnancia».

Partiendo de Cuvier, se han realizado diferentes estudios comparativos entre las diferencias anatómicas del hombre y los animales. Tomando como base de diversos autores les damos el siguiente cuadro:

 

CarnívoroHerbívoroSer Humano
Tiene garrasNo tiene garrasNo tiene garras
Sin poros en la piel,
transpira por la
lengua para refrescar
la piel.
Transpira por
millones de poros
en la piel.
Transpira por
millones de poros.
No suda. Suda mucho. Suda mucho.
Los dientes frontales son afilados y puntiagudos para desgarrar la carne. Los dientes frontales no tienen filo ni son puntiagudos. Los dientes frontales no tienen filo ni son puntiagudos.
No tiene molares lisos. Los molares son chatos para moler el alimento. Los molares son chatos para moler el alimento.
Tiene glándulas salivales pequeñas. Suficientes para su tipo de alimentación. Las glándulas salivales están bien desarrolladas para digerir frutas y verduras. Las glándulas salivales están bien desarrolladas para digerir frutas y verduras.
Tiene saliva ácida, no posee Ptialina. Tiene saliva alcalina y abundante Ptialina para digerir cereales. Tiene saliva alcalina y abundante Ptialina para digerir cereales.
Su estómago segrega ácido clorhídrico muy concentrado para digerir cartílagos, nervios, músculos, etc. El ácido clorhídrico de su estómago es 20 veces menos concentrado que el de los carnívoros. El ácido clorhídrico de su estómago es 20 veces menos concentrado que el de los carnívoros.
No mastica, devora pedazos. Mastica. Mastica.
Tiene intestino corto. Tres veces el largo de su cuerpo, para facilitar la salida de la carne, que se descompone rápido. Su intestino es largo, 10 veces la medida del cuerpo. Los cereales y frutas tardan mucho más en descomponerse. Su intestino es largo, 12 veces la medida del cuerpo. Los cereales y frutas tardan mucho más en descomponerse.
Tiene materia fecal escasa y fétida. Su materia fecal es voluminosa y no fétida. Su materia fecal es voluminosa y no fétida.
Evacua entre las 2 a 4 horas de comer. Evacua entre las 4 a 8 horas de comer, cuando no en mucho más. Evacua entre las 4 y 8 horas de comer, cuando no en mucho más.
Tiene mucha tolerancia al ácido úrico, la urea. No tiene tolerancia al ácido úrico y la urea. No tiene tolerancia al ácido úrico y la urea.


Como podemos inferir existen grandes diferencias orgánicas entre un consumidor de carne, un herbívoro y el hombre.

El intestino de los animales carnívoros al ser más corto permite una rápida evacuación de la carne, evitando así la putrefacción. Si observamos, veremos que los perros evacuan prácticamente ni bien terminan de comer.

En el hombre, la carne que permanece tantas horas dentro de sus órganos internos, comienza a descomponerse, imaginen la temperatura corporal interna, no es una heladera, por lo cual en ese lapso se originan toxinas que a la larga van deteriorando el organismo.

El animal carnívoro tiene dientes alargados y puntiagudos para cazar a sus presas. Pero no necesita los molares para masticar, ya que la carne no es digerida casi en la boca, sino en el estómago y los intestinos.

Quienes se alimentan de granos y vegetales, tienen en la boca una enzima que pre digiere los almidones, de ahí la importancia de una buena masticación. Las frutas, verduras y granos deben ser bien masticados e insalivados para su correcta digestión.

Como las frutas, verduras y granos tardan muchísimo más en descomponerse, al hombre le ha sido dado un intestino muy largo.

Otro factor que nos reafirma que el hombre no es carnívoro, es el hecho de que el hombre debe cocinar la carne para comerla y condimentarla para darle sabor. El animal carnívoro se come a su presa tal cual la caza.

En general el hombre come su ración de carne, sin cuestionarse absolutamente nada. No siempre sería capaz de comerla si fuera testigo de la matanza del animal.

Para finalizar les contaré un hecho de la vida de Pitágoras. Este se alimentaba de pan y miel por las mañanas y con vegetales por la tarde. Muchas veces les pagaba a los pescadores para que devolvieran los pescados al agua y una vez dijo:

«Oh hermanos, no den a sus cuerpos comidas pecaminosas. Tenemos maíz, manzanas, uvas que doblan las ramas con su peso. Existen hierbas dulces y vegetales que pueden ser cocinados y suavizados con el fuego, y a ustedes no se les raciona ni la leche, ni la miel. La tierra nos da una inmensa cantidad de riquezas de inocentes alimentos y nos ofrece banquetes que no involucran derramamientos de sangre ni matanzas. Sólo las bestias satisfacen su hambre con carne y ni siquiera todas ellas.»

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